Seguridad y consistencia en todo lo que hacemos

Tal y como explica IJzerman, «cuando se trata de consistencia, Calidad se asegura de que se definan los parámetros que conforman la calidad de una solución nutricional. Dependiendo del animal, los niveles de calidad se determinan en función de aspectos físicos, tales como la dureza y el tamaño, y de ingredientes nutricionales como proteínas, grasas, vitaminas, minerales y aminoácidos».

El departamento de Formulación es el responsable de tomar estas decisiones. Nosotros, como Calidad, establecemos los procedimientos para garantizar que estos niveles sean consistentes en todos los lotes de pienso, mientras que Control de calidad establece los métodos de medición y las decisiones en cuanto a su aceptación. «En lo que respecta a la seguridad de nuestros productos, Calidad es responsable de fijar límites de nivel de seguridad estrictos y de garantizarlos en nuestra investigación, operaciones y productos».

Añade Senya: «Por ejemplo, cuando llega un camión con maíz a nuestra fábrica de Tema, mis compañeros de Control de Calidad recogen muestras y las analizan en nuestro laboratorio. A continuación, los datos que obtienen del análisis se comparan con los estándares y especificaciones predefinidos. Si el maíz no cumple los requisitos previstos para el pienso, ya sea en términos de parámetros físicos o valores nutricionales, intentaremos utilizarlo para otros fines nutricionales que no requieran esos mismos parámetros. Sin embargo, todo esto depende de los estándares acordados con nuestros clientes. Dichos estándares son siempre los que mandan».

Según IJzerman, «cada granja es diferente en lo que a tamaño, animales y tecnologías disponibles se refiere. El pienso que los ganaderos dan a sus animales debe ajustarse a su situación y objetivos de gestión individuales. Si el pienso no es consistente, los ganaderos no conseguirán los resultados de calidad que necesitan para lograr sus objetivos».

Para Senya, «estos resultados se logran junto con una gestión adecuada de las granjas. Nuestro equipo técnico las visita diariamente para comprobar qué tal van los clientes y sus resultados. Si un ganadero ha tenido problemas, lo primero que intentan nuestros compañeros es resolverlos adoptando medidas de gestión. Por ejemplo, si la calidad de las cáscaras de huevo es baja, puede bastar con cambiar ciertas prácticas, como la accesibilidad al agua y la ingesta de pienso de las ponedoras. Sin embargo, si los problemas no se deben a la gestión de la granja, los departamentos de Calidad pueden utilizar la información proporcionada por el equipo técnico en la granja (en colaboración con otros departamentos, en función del problema en cuestión), investigar las posibles causas y proponer soluciones y medidas preventivas para resolverlos.

«Mi labor consiste en armonizar los departamentos de Calidad de todas nuestras unidades de negocio, agrupar los datos, tener una visión general de lo que ocurre en cada unidad y hacer que estos datos estén disponibles a nivel local», describe IJzerman. «Para ello, la herramienta más importante es ProQ, nuestra base de datos en línea. Contiene datos de todos nuestros departamentos de Calidad: los resultados de auditorías de proveedores, los estatus otorgados a una fuente determinada de materia prima y las reclamaciones que haya podido haber, por ejemplo. Puede ser muy útil para un responsable de compras de Polonia conocer la experiencia de sus compañeros de los Países Bajos que compraron una materia prima determinada al mismo proveedor. El año pasado, se evitó una posible retirada de 10.000 toneladas de pienso gracias al intercambio de información sobre la inestabilidad de una vitamina concreta que podría haber causado problemas de salud animal».

«ProQ también contiene todos los procedimientos y especificaciones de calidad de conformidad con los estándares de la empresa De Heus, algo que fue muy útil al establecer mi departamento en Ghana para garantizar que nuestros piensos cubran sistemáticamente las necesidades nutricionales y generen resultados previsibles», añade Senya. «Y como dice Carl, ahora que estamos en pleno funcionamiento, puedo comparar documentos, por ejemplo, procedimientos, listas de comprobación e instrucciones de trabajo de procesos similares, con los de compañeros de cualquier parte del mundo. A su vez, compartimos los datos de Ghana y ayudamos a mejorar el nivel de conocimiento colectivo de De Heus en cuanto a control de calidad».

El director del grupo de Calidad explica que «en el departamento internacional de De Heus, intentamos evitar las prescripciones estrictas en la medida de lo posible. Las unidades de negocio deben definir sus propios objetivos en función de lo que deseen conseguir a nivel local. Es entonces cuando mi equipo entra en juego para ayudarles a responder a la pregunta de cómo pueden conseguir ese objetivo. Sin embargo, tal y como ha mencionado Aisha, tenemos ciertas normas empresariales mínimas. Un ejemplo son las tolerancias de dosificación máxima».

«Existe una excepción», prosigue. «En el caso de la homogeneidad y la transferencia de residuos médicos, por ejemplo, hemos descrito los requisitos con gran detalle. Complementamos algunas de nuestras soluciones nutricionales con medicamentos para los animales que necesitan tratamiento médico. Nuestros centros de producción de piensos de todo el mundo deben seguir los mismos procedimientos para evitar que ningún residuo acabe en piensos donde no debería estar».

«Este año hemos sufrido fuertes lluvias durante la estación seca en Ghana», indica la responsable de Calidad de De Heus en este país. «Esto puede repercutir en los niveles de aflatoxinas (moho tóxico) de los granos y los piensos, que aumentan habiendo menos sol para secar los granos y mayor humedad en los almacenes. Para nuestro departamento de Calidad, esto implica que posiblemente recibamos más materias primas con una calidad inconsistente. Colaboramos con nuestro equipo de compras para informar a los ganaderos de las prácticas recomendadas en los almacenes, destinadas a mejorar la calidad final de las materias primas que tienen almacenadas. Cuando entregan materias primas que rechazamos, les explicamos las normas y los requisitos de sus productos. Han aprendido a valorarlo. Aunque no estoy en contacto directo con los proveedores ni con los clientes, como responsable de Calidad puedo contribuir a mejorar la reflexión sobre calidad en ambos lados de la cadena y a elevar su nivel».

Según IJzerman, «el cambio climático aumentará la prevalencia de micotoxinas en las materias primas, y la atención mundial sobre esta cuestión será más generalizada, o eso espero. Al mismo tiempo, existe cierta tensión entre la creciente precisión de los laboratorios y el nivel de detalle de la legislación en todo el mundo. Ya no van en paralelo. A día de hoy, la legislación se basa en el principio de ‘si no puedes medirlo, es aceptable’, mientras que los laboratorios son capaces de realizar mediciones cada vez más precisas. Si la situación no cambia, llegará a ser inviable. Es un problema de la cadena mundial de alimentación, que necesitará recibir atención política en un futuro próximo. Junto con otros compañeros, participo activamente en la FEFAC e intento que estas cuestiones se traten en los diálogos del sector».