Prevención de la cetosis: por qué se trata en el periodo seco
La cetosis es una complicación de salud común pero grave en las vacas lecheras relacionada con el período de transición entre lactancias. Los ganaderos pueden tomar medidas para prevenir la afección y abordar el problema directamente durante el período seco, lo que da como resultado un rebaño más saludable y productivo.
La cetosis ocurre en vacas lecheras paridas que tienen concentraciones elevadas de ácido beta-hidroxibutirato (BHBA) y ácidos grasos no esterificados (NEFA) en sangre debido a niveles excesivos de movilización de grasa corporal y del deterioro de la función hepática. Esto afecta a innumerables granjas lecheras en todo el mundo. De hecho, un estudio español reciente encontró evidencias de esta condición en el 28% de las granjas de todo el país.
Aunque la cetosis es una condición bastante común, es importante no subestimar el impacto económico. Es probable que las vacas afectadas experimenten una producción de leche reducida y un rendimiento reproductivo más deficiente, lo que da como resultado tasas más altas de sacrificio. Las vacas también corren un mayor riesgo de padecer afecciones como desplazamientos de abomaso, mastitis, picos de leche menores y como consecuencia, pérdidas de productividad que afectan al rendimiento financiero de la granja.
Abordar la raíz del problema: un enfoque de tres pasos
Proteger la salud, la productividad y la fertilidad de tus vacas significa volver a la fuente del problema: el periodo seco. Como muestran los estudios en granjas realizados por De Heus, la cetosis generalmente resulta de un balance energético negativo severo (BEN) debido a una ingesta subóptima de materia seca alrededor del parto. Sabemos que las vacas con exceso de condición corporal consumen menos alimento durante el periodo seco, pierden más peso durante la lactancia temprana y tienen un mayor riesgo de desarrollar cetosis. En otras palabras, el consumo de materia seca durante la lactancia temprana simplemente no es suficiente para satisfacer las necesidades de las vacas de alta producción, y esto conduce a un balance energético negativo.
Para abordar este problema, recomendamos un enfoque de tres pasos. El primero es aumentar el consumo de alimento de tus vacas durante el periodo seco, que según los estudios, puede tener un impacto positivo en la producción de leche durante la lactancia. En segundo lugar, asegúrate de que tus vacas mantengan una condición corporal óptima (no superior a 3,5) antes de secarlas. Nuestra recomendación final es acortar el periodo seco: una encuesta reciente de De Heus que involucró a 37 granjas holandesas encontró concentraciones significativamente más bajas de BHBA y NEFA en vacas con un periodo seco más corto.
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Descárgalo aquíAbout the author
Miguel Iglesias Naredo
Responsable Técnico Vacuno de Leche
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