Acortar el periodo seco mejorando la salud y la fertilidad
Una nueva e interesante investigación muestra cómo los ganaderos de leche pueden beneficiarse de las ventajas económicas y sanitarias de un período seco más corto, sin necesidad de cerrar las puertas a los tratamientos con antibióticos si son necesarios.
Para mejorar la salud de su rebaño, muchos ganaderos aplican un periodo seco de ocho semanas (60 días) tras el parto. Esto permite que el tejido de la ubre se regenere, eliminando las antiguas infecciones intramamarias y aumentando la producción de leche para la siguiente fase de lactancia.
Pero este proceso suele tener sus inconvenientes. En primer lugar, prolongar la fase de fertilidad puede resultar caro. El secado de las vacas conlleva una serie de retos, como el tratamiento y la prevención de infecciones, y esto puede ser más fácil de gestionar con una menor producción de leche una vez avanzada la lactancia, en combinación con otras medidas. Un periodo seco más corto también puede mejorar la fertilidad al mejorar el balance energético de la siguiente lactancia.
También hay que tener en cuenta otras cuestiones más complejas como la resistencia a los antimicrobianos, que se está convirtiendo en una amenaza para la salud humana. La nueva normativa de la UE para frenar el uso de antibióticos en la producción de alimentos entrará en vigor en 2022. El mensaje para los ganaderos es claro: es hora de encontrar otra forma de trabajar.
Lo breve no siempre es dos veces bueno
Afortunadamente, empiezan a surgir alternativas. Investigadores de la Universidad de Wageningen descubrieron que acortar el periodo seco a 30 días permitía a los ganaderos aumentar la fertilidad de sus vacas manteniendo una producción de leche estable. El inconveniente es que tratar a las vacas con antibióticos es casi imposible durante un periodo seco de 30 días.
Aunque, como sabemos, minimizar el uso de antibióticos ofrece claros beneficios, los ganaderos necesitan poder acceder a esta opción de tratamiento en casos concretos, por ejemplo, en el caso de vacas con un historial de problemas de salud crónicos o con un elevado recuento de células somáticas (SCC).
Lo mejor de ambas opciones
Por suerte, hay una tercera vía intermedia para gestionar de forma óptima la salud del rebaño y los costes de la explotación durante el periodo de transición. El enfoque de De Heus, en el que los ganaderos aplican un periodo seco de 42 días, proporciona los mismos beneficios para la salud y el aumento de la fertilidad que el periodo seco de 30 días, como es la reducción de los costes totales de tratamiento. La diferencia la marca que un período seco de 42 días ofrece además al ganadero la opción de tratar selectivamente con antibióticos a las vacas con necesidades sanitarias específicas.
En este sentido, es posible quedarse con lo mejor de ambas opciones: ahorrar dinero y adaptarte al cambiante panorama normativo, sin renunciar a la posibilidad de llevar a cabo un programa de antibióticos específico si es necesario. Al fin y al cabo, es una opción en la que todos ganamos.
Toma el control en la fase crítica de transición
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Miguel Iglesias Naredo
Responsable Técnico de vacuno de leche
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